Cómo elegir un buen vino para la cena de Navidad

La época de Navidad, además de estar marcada por un entorno familiar, la fe y los regalos, también está marcada y con mucha importancia, por la comida que se servirá para la Nochebuena y mientras la mayor parte de personas se preocupan solamente de los platillos que se prepararán, también debemos pensar en lo que se servirá para beber.
Las bebidas que siempre deben tomarse para la cena son la champaña, el vino y un bajativo.  La duda surge cuando no sabes cuál es el adecuado para acompañar perfectamente a los alimentos.  En muchas familias, tradicionalmente se cocina pavo o pollo para esta ocasión, si es así, lo más aconsejable es acompañarlo con vinos tintos con suficiente cuerpo y un aroma frutal, puede ser un Tempranillo, o un vino reserva de Merlot o Cabernet Sauvignon.  Pero es bueno también tener una opción de vino blanco como un Chardonnay fresco, con aromas cítricos y con adecuada acidez, así tus invitados podrán elegir cuál desean y ambas opciones destacarán los sabores de la comida.
En el caso de que se preparen carnes rojas como res o cerdo, puedes elegir un Malbec argentino, es un vino con aroma natural a ciruelas, es suave y su sabor persiste.  También se puede complementar muy bien con un Syrah, que tiene taninos firmes y sabores especiados. 
Ahora, ¿cómo reconocer un buen vino?  Si es posible, compra tus vinos en lugares especializados, de manera que te puedan recomendar lo mejor que tengan, pero si los tienes que comprar en el supermercado, puedes reconocer un buen vino fijándote en algunas cosas.  Primero el precio, busca dentro de los vinos que estén en tu presupuesto, no siempre los vinos más caros son los mejores, así que no es necesario invertir el máximo de dinero en una botella.  Los almacenados en barrica de roble, siempre tendrán un sabor especial y le dará un precio más alto, al igual que si son vinos de cosechas más antiguas. 
Hay que evitar en lo posible comprar botellas que estén de pie, o que hayan estado expuestas a mucha luz solar o artificial.  Los vinos blancos jóvenes se deben consumir antes de un año de su elaboración, los tintos jóvenes pueden beberse hasta 2 años después de su elaboración.  Se debe revisar el estado de la botella, que el corcho no esté salido porque eso hace perder las características del vino.  El color del vino blanco debe ser dorado tirando a marrón y el vino tinto debe ser acastañado oscuro como signo de su oxidación.  Lo mejor es leer las etiquetas en cuanto a procedencia y fecha de elaboración además de su procedencia. 
La temperatura ideal para servir a los vinos tintos es de máximo 18°C y los blancos y rosados 9°C.  La champaña debe servirse máximo a 5°C.  En cuanto a esta última bebida, está clasificada por la dulzura y así se podrá elegir por gusto, puede ser Brut (seco) o Demi Sec (ligeramente dulce), Extra Brut (no endulzado).  Sirve de aperitivo y es ideal para hacer el brindis antes de empezar la cena.  Los bajativos para después de la comida que se pueden consumir son las cremas o licores de frutas, el amaretto, la Grappa o el Chinchón.
Con esto habrás terminado con éxito la cena y todos se verán contentos en la celebración de la Navidad, eso sí, ¡no se excedan!

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